
Olvidada por todos desde hace tiempo, existe en España una bebida sin calorías ni alcohol que reduce el azúcar en sangre y controla los niveles de colesterol.
No todo el mundo lo sabe, pero una de las bebidas más populares en muchas partes de España, cuando llega el calor del verano, es el agua de cebada. De hecho, hoy en día no es tan popular como antes, pero sigue siendo muy consumida en algunas regiones de España, como el sur de la provincia de Alicante, la zona de Murcia y algunas partes de Cataluña. Una de sus ventajas era y sigue siendo su bajo coste de producción, que lo hacía accesible a cualquier bolsillo.
Su preparación es relativamente sencilla y se elabora a partir de una infusión de granos de cebada que se hierven durante varias horas. El líquido resultante se cuela y se endulza con azúcar, limón o miel. Se sirve fría con hielo o granizado.
La popularidad del agua de cebada se ha extendido mucho más allá de España. La bebida también es muy apreciada y consumida en países como México, Perú, Costa Rica y el Reino Unido. Sin embargo, a pesar de sus cualidades nutritivas y su historia centenaria, su presencia en el mercado ha disminuido debido a la llegada de los refrescos industriales.

¿Qué hace que esta bebida sea tan beneficiosa?
Un vaso de 250 ml de agua de cebada (sin azúcar añadido) sólo tiene 179 calorías, lo que la hace indispensable para las personas que cuidan su línea. Además, es rica en fibra, manganeso, selenio, fósforo, potasio, calcio y algunas vitaminas del grupo B. Con todo ello, el agua de cebada es una bebida equilibrada con algunos beneficios para nuestra salud.
Los betaglucanos presentes en la cebada son un tipo de fibra soluble que ayuda a controlar los niveles de colesterol en sangre. Los estudios han demostrado que el consumo de cebada puede ayudar a reducir el colesterol total y el colesterol LDL o “malo”, reduciendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Pero ese no es el único papel que desempeñan los beta glucanos; también pueden ayudar a regular los niveles de glucosa en sangre, lo que ayuda a controlar la diabetes y a prevenir las enfermedades cardiovasculares.

La fibra soluble del agua de cebada ayuda a mejorar la función digestiva favoreciendo el tránsito intestinal y aliviando problemas digestivos como la diarrea, las náuseas y los calambres estomacales. También previene la formación de gases intestinales, se digiere bien y es suave con la mucosa gástrica.
La combinación de hierro y cobre del agua de cebada favorece la formación de glóbulos rojos y garantiza unos niveles óptimos de oxígeno en la sangre.
La niacina, también conocida como vitamina B3, del agua de cebada ayuda a prevenir la aterosclerosis, lo que coloquialmente se conoce como el “endurecimiento de las arterias”.
Cuidado con el azúcar añadido.
En principio, el agua de cebada es una bebida que sólo pueden consumir algunas personas. Pero como contiene gluten, no deben tomarla quienes sean intolerantes al gluten o padezcan la enfermedad del gluten. Además, hay que tener en cuenta que la preparación casera es diferente de la industrial, sobre todo porque, en esta última, no podemos controlar la cantidad de azúcar. En este sentido, baste precisar un dato: 250 ml de agua de cebada azucarada pueden contener unas 330 calorías, casi el doble que sin azúcar añadido, una cantidad que aconseja tomarla con moderación y la hace prácticamente incompatible con dietas hipocalóricas o de adelgazamiento.